La recuperación de un TA puede tener formas muy distintas. De hecho, a mi me gusta pensar que la recuperación es un traje a medida para cada persona que llega a mi consulta. Un traje que se ajusta en función de su historia, sus traumas, su entorno, sus necesidades y sus anhelos. Ahora bien, sí que creo que hay unos “básicos” que se necesitan en cualquier proceso de recuperación, te los dejo a continuación:
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ToggleToma de conciencia de problema
Para recuperarse el primer paso es aceptar que se tiene un problema. Aunque parezca algo obvio, no lo es tanto. Los TA vienen acompañados de mucha vergüenza por las personas que los sufren y esto puede llevar a negar u ocultar algunas partes del problema.
Voluntad de cambio
La ambivalencia no es amiga de la recuperación. Es frecuente y muy normal tener dudas cuando se empieza un proceso de recuperación ya que el camino no es fácil. Pero por encima de todas las dificultades, lo más importante es querer recuperarse, es tener claro que hay una vida mejor sin el TA y estar dispuesta a comprobarlo. Si no hay una clara voluntad de cambio, las idas y venidas se convierten en un continuo que llevan a la persona únicamente a frustración y el estancamiento en el proceso.
Compromiso y determinación
Es necesario mantenerse firme, ya que en el propio proceso de recuperación surgen muchas dudas, se tocan heridas que estaban mal cicatrizadas, hay que enfrentarse a muchos miedos que estaban anestesiados por la enfermedad… y todo esto duele. Ante ese dolor, puede ser tentadora la idea de tirar la toalla y volver a lo de antes. Es ahí cuando es más importante tener claro los motivos que te llevan a la recuperación y aferrarte a ellos.
Tomar acciones
Hay que hacer cosas, no solo saberlas o pensarlas. En terapia se ponen las cartas boca arriba, damos sentido y entendemos lo que nos pasa. Pero fuera de terapia es donde se juega la partida. En la recuperación nuestras acciones tienen que ser coherentes con lo que queremos conseguir.
Hacer un duelo para “soltar”
El duelo del ideal de delgadez, de lo que ha sido tu vida con el TA, de decirle adiós a los beneficios secundarios que te ha traído el TA… Es necesario cerrar una etapa con consciencia de lo que se deja atrás, sentirse triste y por último abrirse a la vida que llega sin el problema alimentario.
Flexibilidad y creatividad
Para crear una nueva hoja de ruta en la que vas a funcionar sin el TA, vas a necesitar ser flexible, atreverte, probar cosas nuevas… descubrir una nueva tu. También vas a necesitar ser creativa y recurrir a la fantasía y a la imaginación para poder visualizarte con otros intereses, rutinas o en otros lugares. Esta parte quizás es la más divertida, pero también es la que da más vértigo por adentrarse en lo desconocido.
Dejarse apoyar
Recuerda que acompañada es más fácil, que no tienes que poderlo todo sola, que no es menos “digno” dejarse ayudar no te hace una persona más “débil”. Compartido pesa menos.
Por último, quiero que sepas que la recuperación total existe. No tienes que conformarte con estar mejor cuando puede estar bien.