Te mereces disfrutar del verano, te mereces disfrutar del buen tiempo, de los planes que decidas hacer durante tus vacaciones, de vestirte fresquita y con la ropa que quieras. Es una lástima que la «operación bikini» nos haya robado ese disfrute y nos hayamos creído la mentira de que solo podemos disfrutar si tenemos un cuerpo de verano, es decir, un cuerpo digno de ser mostrado según los cánones estéticos que determina nuestra sociedad (que por cierto, cambian cada diez minutos). De lo contrario, creemos que tenemos que escondernos hasta que vuelva el frío y podamos tapar nuestro cuerpo con el abrigo más grande del que dispongamos.
Hoy vengo a contarte que podemos romper con estas creencias y volver a disfrutar del buen tiempo como cuando éramos niñas y vivíamos ajenas a las normas de los «buenos cuerpos». La sociedad sigue siendo hostil y cruel con los cuerpos que no entran en ese diminuto estándar de belleza que nos han «colocado», pero delante de esto necesitamos reclamar que el verano (y el invierno, y la primavera…) es de todas al margen del tamaño y la forma del cuerpo que tengamos.
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ToggleQué es la operación bikini y sus efectos negativos
La operación bikini es otra triquiñuela más que proviene de la cultura de la dieta y que está basada en la violencia estética que se ejerce sobre las mujeres. La operación bikini se activa unos meses antes del verano a través de campañas publicitarias con mensajes de este tipo «adelgaza para ir a a la playa y lucir un cuerpo perfecto». De esta forma, provocan presión en las mujeres sembrando en ellas la creencia de que si no consigues X peso no serás feliz este verano.
Detrás de la operación bikini no hay un interés en tu bienestar ni en tu felicidad, el único interés es de la industria de la belleza que se enriquece a base de fomentar inseguridades y miedos con nuestros cuerpos y luego ofrecernos un millón de soluciones para «mejorar» en forma de dietas, tratamientos, cirugías, suplementos, etc. A la industria de la belleza le interesa tu dinero, no tu bienestar.
Es posible que la primera vez que se habló de un «cuerpo bikini» fuera en los sesenta (según cuentan en este artículo), cuando un salón de belleza lanzó una campaña publicitaria en la que vendían pérdida de peso para conseguir un cuerpo «con el busto alto y firme, cintura en una mano, caderas firmes, piernas delgadas y elegantes ¡Un cuerpo bikini!» En los 70 y en los 80 otras empresas utilizaron este eslogan para promocionar de nuevo tratamientos estéticos y pérdida de peso. Desgraciadamente y como ya sabes, la operación bikini sigue persiguiendo y violentando a las mujeres a día de hoy.
La operación bikini es tremendamente sexista, la población diana son las mujeres y el impacto que tiene en su salud mental y física puede ser devastador. La operación bikini envía mensajes estigmatizantes provocando insatisfacción con la imagen corporal, baja autoestima, depresión, ansiedad, aislamiento incluso pueden influir en el desarrollo de Trastornos Alimentarios o recaídas en mujeres que están en proceso de recuperación. Además se pone el foco en que si, la mujer es la que se siente mal con su cuerpo, es ella la que tiene el deber de «arreglarlo». Vamos a aclarar algo importante: el problema no es nuestro, el problema es sistémico y estructural y es ahí dónde se tienen que buscar soluciones.
La importancia de trabajar en tu autoestima
El concepto que tenemos de nosotras mismas influye (entre otras cosas) en la forma en la que nos valoramos, esto último hace referencia a nuestra autoestima. Para conservar una buena autoestima es importante que tengamos en cuenta diferentes dimensiones de nosotras mismas. Me refiero a que, si lo que más valoro de mi misma es el tamaño y la forma de mi cuerpo y a todo lo demás (mis competencias, habilidades, aficiones, etc.) no le doy ninguna importancia, estaré sobrevalorando la delgadez por encima de otras dimensiones. De esta forma, el tamaño del cuerpo adopta tal relevancia que la autoestima se va a sustentar principalmente en eso. Si mi cuerpo no encaja en las exigencias estéticas del «cuerpo de verano» lo mas probable es que me sienta profundamente mal conmigo misma.
Por lo tanto, una forma de protegerte de la crueldad de la violencia estética, es que puedas reconocer en ti misma otras cosas que te definen y por las que eres valiosa mas allá de tu cuerpo. Construir pilares sólidos en los que apoyar tu autoestima van a ayudarte a ver que vales más que lo que pesas 🙂
Por último, déjame decirte que tu imagen corporal también forma parte de tu autoestima. Tener una buena relación con tu cuerpo también es importante para sentirte bien contigo misma y puedes tener una buena relación con tu cuerpo sin que te encante tu cuerpo o algunas partes de él. Trabajar en aceptar tu cuerpo no va de que te guste ni de modificarlo, va de que lo trates con amor, compasión, respeto y dignidad.
Estrategias para disfrutar del verano y pasar de la operación bikini
Lo más importante ¿tienes un bikini? pues póntelo y sal a bañarte donde te de la gana, esta es la verdadera operación bikini. Exponernos de forma progresiva a situaciones en las que nos da miedo enseñar nuestro cuerpo es importante para cambiar las creencias que tenemos de él. Cada vez que escondemos nuestro cuerpo, le confirmamos a nuestro cerebro la creencia de que nuestro cuerpo da vergüenza y esa es la forma correcta de tratarlo.
Se crítica también con todos los mensajes que recibes sobre lo que es «un cuerpo de verano». Son mensajes envenenados, ponles un filtro y recuerda que las personas que promueven esos mensajes no les importa tu salud ni tu bienestar.
Si en tu entorno hay personas que comentan sobre tu cuerpo o te dicen que deberías pensar en la operación bikini, intenta poner límites. Se que esto puede ser una tarea difícil, pero tienes derecho a señalar y frenar comentarios y situaciones que son ofensivas para ti.
Por último, ten presente almacenar recuerdos bonitos. A veces estamos tan metidas en nuestro cuerpo que se nos olvida vivir. Conecta con las personas que te rodean, con tu entorno, con conocer sitios nuevos en tus vacaciones, disfrutar del fresquito del pueblo al que vas cada año de vacaciones… Recuerda estar presente.
Mitos y realidades sobre la pérdida de peso rápida
Para ayudarte a despertar ese espíritu crítico delante de los mensajes tan agresivos que nos lanza la operación bikini, vamos a desmontar algunos mitos sobre la pérdida de peso rápida:
- Puedes controlar tu peso y tener el cuerpo que quieras: La delgadez no es cuestión de fuerza de voluntad. La diversidad corporal existe, el peso de una persona esta determinado por muchas variables y la mayoría estan fuera de nuestro control. Sí, puedes manipular tu peso a corto plazo, pero tienes que saber que un 95% de las personas que pierden peso de forma rápida con una dieta lo recuperan entre los 2-5 años posteriores y dos terceras partes aun suben más de peso.
- Saltarse comidas ayuda a perder peso: la realidad es que si te matas de hambre, cuando tengas acceso a la comida es posible que comas más de lo que hubieras comido cuando empezaron tus señales de hambre. Saltarse comidas empeora tu relación con la alimentación y puede ralentizar el metabolismo, entre otras complicaciones.
- Haz una rutina intensa de entrenamiento para llegar a punto este verano: Hacer deporte con el único objetivo de bajar de peso puede llevarnos a generar una relación obsesiva y dependiente con el ejercicio, además de ignorar las necesidades de nuestro cuerpo (descanso, fatiga, etc.) y ponernos en riesgo para sufrir lesiones.
Consejos prácticos para disfrutar de tu verano sin culpa ni vergüenza
Durante el verano los días son más largos y (por lo general) disponemos de más de tiempo de ocio. Podemos invertir este tiempo en otras actividades que también nos proporcionen placer y disfrute y que no impliquen ponerse un bikini, tu verano no tiene que girar en torno a esto. Procura hacer actividades y dedicar tiempo a las cosas que te gustan y te hacen sentir bien.
Y para terminar, una pregunta importante: ¿Que te gustaría recordar de este verano el año que viene? Proponte que las acciones que tomes estos días vayan en sintonía con la respuesta a esta pregunta.
Ojalá estas recomendaciones te ayuden, pero si necesitas algunas más y crees que una psicóloga especialista en TCA puede ayudarte, contáctanos y estaremos encantadas de acompañarte 🙂