Nuestra forma de relacionarnos con la comida es un reflejo de nuestro mundo interno. Cuando sentimos descontrol con la comida, es probable que ese mismo descontrol lo sintamos en otras áreas de nuestra vida. La relación que tenemos con la comida puede convertirse en un altavoz de nuestras emociones que, sin darnos cuenta, expresa conflictos y preocupaciones a los que muchas veces no somos capaces de ponerles palabras.
La superación de los atracones de comida es una de las demandas más frecuentes que atiendo en mi consulta. El trabajo conjunto de psicología y nutrición es clave para entender las causas de los atracones y poder atajar este problema de raíz. Por si todavía te quedan dudas sobre este tema y sobre cómo es el tratamiento para el trastorno por atracón, te las resuelvo en este post.
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Toggle¿Qué hay detrás de los atracones de comida?
Algunos de los motivos más frecuentes que explican los atracones de comida son:
- Pasar hambre: si durante el día te privas de comer, es posible que durante la tarde/noche sientas mucha hambre y comas de forma compulsiva y descontrolada.
- Vivir en cultura de la dieta: Vivir bajo este paradigma nos inculca creencias como que hay alimentos buenos y malos, nos prohibimos comer determinados alimentos o no comemos aunque tengamos hambre porque «no toca». Estas limitaciones en la ingesta alimentaria pueden llevarnos a episodios de atracones.
- “Saltarse” la dieta: Es muy frecuente el pensamiento de “cómo ya me he saltado la dieta, no vale la pena seguir conteniéndose”. Esto desencadena una ingesta compulsiva y descontrolada.
- Dificultades en la gestión emocional: La comida puede llegar a convertirse en la única herramienta de gestión emocional cuando pensamos que no tenemos recursos para enfrentarnos a cómo nos sentimos. La comida puede convertirse en una vía de escape aquellos días en los que estás muy cansada y recurres a la comida para encontrar consuelo, por ejemplo.
- Patrones y hábitos generados con el tiempo: Quizás al inicio de hacer los atracones esta conducta cumplía una función y se convirtió en una vía de escape. Sin embargo, el hábito generado de hacer atracones puede seguir ligado a algunas rutinas, horarios y momentos (como ver la tele).
Además de todos estos desencadenantes, es fundamental entender la historia del problema, ubicar en qué momentos empiezan los atracones y ponerlos en contexto. Sobre todo, hay que identificar la función que los atracones han tenido y siguen teniendo en la vida de la persona, esto es indispensable para hacer un buen abordaje y poder tratar la raíz del problema.
La diferencia entre comer en exceso y tener un atracón
Para poder identificar si lo que me esta pasando es que estoy haciendo un atracón, hay que tener en cuenta determinados aspectos como los siguientes:
- Sensaciones que se experimentan durante el atracón: Los primeros instantes suelen ser placenteros, pero ese placer dura muy poco. Enseguida se empieza a sentir un gran malestar a medida que se comer más y más.
- Velocidad al comer: La sensación es de descontrol y de que se engulle lo que se está comiendo.
- Movimiento e hiperactividad: Se puede dar el caso de comer compulsivamente y no parar quieto. Esto sucede ya que estamos desconectados emocionalmente de lo que estamos comiendo, no hay consciencia ni presencia en el acto de comer. Se asemeja a sentir un impulso irrefrenable y un gran nerviosismo que se traduce en estar en constante movimiento.
- Consciencia alterada: Durante el atracón se pueden dar momentos en los que siento que el que hace el atracón no soy yo, sino más bien un autómata que actúa sin pensar. Incluso puede suceder que pasado un rato tras el atracón ni siquiera recuerde lo que he comido.
- Ocultar el atracón: Hacerlo a escondidas por vergüenza y no contarlo. Se es consciente de que es una conducta atípica y por lo tanto no se comparte ya que genera un gran sentimiento de vergüenza.
- Descontrol: Esto se experimenta durante la ingesta compulsiva. Es lo que diferencia, principalmente, entre “comer de más” y darse un atracón.
También tenemos que considerar el impacto que tienen los atracones en la salud física y mental de la persona que lo sufre. En relación a las consecuencias físicas de los atracones, a corto plazo la sensación es de estar incómodamente llena, sensación de que les falta el aire, pueden conllevar dolor y vómitos por rebosamiento. A largo plazo pueden implicar fluctuaciones en el peso, incremento del colesterol y patologías gastrointestinales.
En el plano psicológico puede implicar ansiedad, depresión, sentimientos de vergüenza y de culpa, aislamiento e incluso ideas de desesperanza e ideas autolíticas.
Estrategias para controlar los atracones
Voy a contarte algunas estrategias que pueden ayudarte con los atracones, pero antes de seguir leyendo, recuerda que cada caso es único y que la forma más adecuada para tratar este problema es ponerse en manos de profesionales cualificados y especializados. Ahora sí, ahí van algunas ideas:
- La más importante es que abandones las dietas y dejes de pasara hambre. Si te preguntas «Y si no hago dieta, ¿qué hago?» La respuesta es alimentación intuitiva. La alimentación intuitiva es una forma de relacionarte con los alimentos que se basa en la atención plena y la conexión con las señales internas del cuerpo en lugar de seguir dietas restrictivas o reglas estrictas de alimentación.
- Identifica qué estas necesitando en tu vida cuando recurres a la comida para hacer atracones. A veces tapamos con comida lo que necesitamos realmente, como puede ser un abrazo, compañía o un momento de calma.
- Trabaja en la gestión de tus emociones para que puedas desarrollar otras formas de transitarlas que no sea solo con la comida.
- Trabaja en la relación con tu cuerpo, si no hay reconciliación con el cuerpo no hay reconciliación con la comida. Por lo tanto, si sigues dejando de comer para modificar tu cuerpo, seguirás teniendo atracones en algún momento.
- Practica la alimentación consciente, esto va a ayudarte a poner el foco en la textura y sabor de los alimentos, saborearlos o comer despacio, por ejemplo.
- Recuerda pedir ayuda a tu entorno si lo necesitas, no tienes nada de lo que avergonzarte y no tienes que pasar por esto sola.
- Plantear una rutina de comidas de la mano de una nutricionista experta en el tema también podría ayudarte.
- Cuando hagas un atracón, se amable y compasiva contigo. Date tiempo, la recuperación es un proceso y puede llevar más tiempo del que te gustaría.
- Las técnicas de relajación y manejo del estrés podrían ayudarte en momentos de ansiedad con la comida.
Tratamientos y apoyo para los atracones
El tratamiento más efectivo para el trastorno por atracón es aquel en el que se interviene de forma interdisciplinar por diferentes profesionales como puede ser psicología, nutrición, psiquiatría y medicina. Como en otros Trastornos Alimentarios , las causas son múltiples y están relacionadas con distintas áreas del funcionamiento de la persona. Por eso es importante explorarlas todas y que se aborde de la manera conveniente en cada una de ellas. El trabajo en equipo es una de las claves para un buen pronóstico, además de la motivación e implicación de la persona afectada y de los recursos y apoyos con los que cuente.
Algunos consejos para mantener una buena relación con la comida
Cuando hablamos de «relación saludable con la comida» podemos caer en pensar que lo saludable es lo que nos ha enseñado la cultura de dieta: pechuga y lechuga para poder estar delgadas, porque se asocia la delgadez con una mejor salud, y esto no es así. La salud esta compuesta por un sinfín de variables que van mucho más allá del peso y la corporalidad.
Tener una buena relación con la comida es comer como cuando éramos niñas: Comíamos cuando teníamos hambre, parábamos cuando estábamos saciadas, comíamos lo que nos pedía el cuerpo, sin defectos ni sin excesos, de forma respetuosa y escuchando las necesidades de nuestro cuerpo. Una relación sana con la comida no solo depende del tipo de alimentos que comamos, sino de cómo nos los comemos. Una relación sana con la comida es alimentarse con libertad, conciencia y disfrute.
Bibliografía: La superación de los atracones de comida. Christopher Fairburn. Paidós.